La Teoría Crítica de la educación orienta la búsqueda de una transformación social cuyo
interés reside en la emancipación del sujeto en un contexto democrático.
Esta teoría tiene presente la naturaleza política de todo proceso social, y por
ende del quehacer educativo, de ahí que se oponga a la racionalidad
instrumental; por el contrario, se sustenta en la racionalidad comunicativa.
Desde la Teoría
Crítica, la acción pedagógica está definida como una práctica social y, por
tanto, dialógica, histórica y contextual. Se la entiende como un proceso
complejo, incierto, dinámico, ecológico, que se configura en las construcciones
de significado de los participantes, con un fuerte componente ético, que se
expresa en la cualidad de las relaciones dialógicas que se establecen en una
dinámica cuyo eje está en los valores democráticos. Así, la acción pedagógica
se entiende básicamente como un proceso comunicativo, en el que se ponen en
juego dimensiones institucionales, sociales, psicológicas y físicas entre
otras. De ahí que, se la aborde como un conjunto de situaciones continuamente
revisables y modificables (Ángulo Rasco, 1994; Gimeno, 1995; Morín, 1984,1995).
A la Didáctica Crítica se considera como crítica, cuando asume un papel
no sólo instrumental sino que se vincula con todos los campos de la educación. Además
la construcción de los materiales se realiza de manera que todos los agentes educativos
participan y tiene como finalidad fundamental la transformación de realidad.
Se entiende a la
crítica como producto de la asunción de una visión científica de la educación
en lucha constante con los elementos ideológicos que impregnan a la acción de
educar.
En este tipo de didáctica
se integran los procesos educativos con una visión holística que relaciona todos
los elementos. Incluye también la recuperación de las dimensiones sociales del acontecer
grupal. No se limita a la descripción sino que aporta elementos de interpretación
de la situación educativa. Permite la producción de conocimientos para la vinculación
entre la teoría y práctica educativa.
En una didáctica de
orientación crítica, el quehacer del profesor se desarrolla como acción y
reflexión, en el mundo real y no en lo puramente teórico. De ahí que, la praxis
es su elemento central y constitutivo. La realidad en la que tiene lugar la
praxis es el mundo de la interacción, el mundo social o cultural que supone un
proceso de construcción social de significados entre todos los participantes
(Grundy, 1991).
La evaluación se
entiende como un proceso de comprensión y mejora de los procesos de formación.
Está orientada a la creación de una cultura educativa que promueve el
compromiso consigo mismo y los otros, la autocrítica, la construcción y
reconstrucción permanente de los mismos procesos evaluativos.
Fuente
de información
·
CD
Material de Apoyo, Sesión 5 “DIDÁCTICA CRÍTICA”,
Universidad ETAC.
·
Antología
Comentada, Mtra. Amneris Delgadillo Licea, "MODELOS
DE DISEÑO Y DESARROLLO DE ESTRATEGIAS INSTRUCCIONALES". Universidad
ETAC.
PROYECTO FINAL:
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